Acapulco nos necesita a todos: Pedro Kuri Pheres

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Hoy más que nunca, Acapulco nos necesita a todos”, apela Pedro Kuri Pheres, empresario acapulqueño, al hablar sobre la crisis por la que atraviesa este puerto.

Pedro Kuri estudió la licenciatura en Contaduría Pública en la Universidad La Salle de la ciudad de México, lo que le permitió tener una visión más competitiva respecto a los negocios. De ahí que después de trabajar unos meses con su padre, Pedro Kuri Yasbek, propietario de uno de los negocios tradicionales de Acapulco, “Driles y Casimires”, inició su propia empresa en el giro restaurantero.

Comenta que hacer negocios en Acapulco es sumamente difícil por los altibajos que hay en el puerto, ya sea un fenómeno natural o una crisis de inseguridad. Sin embargo, este 2014 su negocio “Tacostumbras” cumplió 25 años.

Su amor por Acapulco es incondicional. “No me veo viviendo en otro lado. Mi esposa y mis hijos nacieron aquí y a pesar de los momentos difíciles, Acapulco es mi casa”.

A Pedro Kuri le tocó vivir los años maravillosos del Acapulco tradicional. Hasta hace 10 años, recuerda con nostalgia, todavía se podía caminar en el puerto a cualquier hora y no había ningún incidente, pero después del brote de inseguridad, las cosas se complicaron y junto con otros empresarios ha puesto todo su esfuerzo en contribuir en levantar al puerto poco a poco.

“Hemos tenido buenas y malas. Parece que las crisis son constantes en el puerto. Si no es la inseguridad, son los fenómenos naturales, pero poco a poco hemos ido levantándolo”. 

Pedro Kuri tiene en mente tres propuestas para reactivar la economía y el turismo en Acapulco. La primera es una medida emergente: traer eventos mensuales, hablar con grandes empresarios que manejan convenciones y ver en qué podemos ayudar para que vengan a Acapulco. La segunda etapa sería buscar los mercados que hemos perdido, como cruceros, springbreakers, así como el turismo canadiense que venía a pasar temporadas largas en el puerto. “Todo es cuestión de ponerse las pilas, mejorar el producto e ir a buscar ese mercado a mediano plazo”.

La tercera etapa es cíclica. “No podemos depender sólo del turismo, habrá que impulsar los proyectos productivos locales y ampliar los horizontes hacia el turismo de salud y el de los adultos mayores, porque Acapulco tiene buen clima y buenos precios”, plantea.

El empresario insiste en que es momento de que todos nos unamos y participemos porque “Acapulco nos necesita, la unidad hace la fuerza y así como hay gente que se unen para el mal, hay quienes queremos unirnos para hacer el bien y salvar al puerto, porque aquí seguiremos viviendo”.