¿Hacia dónde va el transporte en Acapulco? Opinión Pedro Kuri

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El transporte público en Acapulco es uno de los grandes lastres de la ciudad que ha extendido raíces muy profundas cada vez más difíciles de extirpar. El principal error de que algo socialmente benéfico se convirtiera hoy en un mal necesario, tiene que ver con la proliferación de concesiones. 

Si echamos el reloj atrás, el reparto de permisos y placas en administraciones anteriores fue desmesurado, como parte de compromisos políticos con algunos líderes que dominan el servicio. 

Era, entonces, un Acapulco en pleno crecimiento demográfico que aún no advertía la situación caótica en materia de vialidades que hoy agobia a toda la ciudad. En la actualidad, es evidente la saturación no sólo del transporte público urbano (camiones adheridos a cinco bloques) sino la del servicio liviano, es decir, los taxis. 

La avenida Escénica es, por ejemplo, principal reflejo de esa problemática. Por ella circulan a diario decenas  de los llamados taxis colectivos que enlazan al primer cuadro de la ciudad con la unidad habitacional El Coloso y otros asentamientos humanos de aquella zona. También los taxis azules en la zona urbana rebasan la necesidad real de transportarse por este medio.

El problema de los taxis colectivos (vehículos Nissan Tsuru) es que resultan inseguros para los usuarios porque los choferes exceden la capacidad máxima de 5 pasajeros, incluyendo al piloto, a fin de cubrir de manera más ágil la cuota del día. 

Lo viable para atender esta necesidad de transporte es sustituir ese parque vehicular por camionetas con capacidad máxima de 10 personas que reducirían el número de taxis colectivos activos en la actualidad y los riesgos de accidente. 

Y pese a la problemática del desmedido número de vehículos y camiones del transporte público general, el gobierno del estado anunció recientemente  la entrega de 5 mil nuevas concesiones en todo Guerrero, sin especificar la distribución por municipios. 

Acapulco no necesita más concesiones. Entregar más, sin importar cuántas, agravaría el desafío que representa el transporte en el puerto, donde además tenemos en puerta el nuevo sistema de transporte urbano conocido como Acabús, que pretende hacer más eficiente la movilidad de la población. Sin embargo, no ha sido precisado cómo funcionarán estos autobuses  en avenidas constreñidas como Cuauhtémoc, una de las más transitadas de la ciudad, y si habrá de restringirse el estacionamiento para garantizar la fluidez vehicular.

En conclusión, la expansión de concesiones del transporte público es un problema que no ha logrado ser resuelto en los últimos 20 años y hoy, con la curiosa cercanía de un proceso electoral, se otorgarán 5 mil sin haber iniciado un proceso de depuración y actualización. 

Acapulco requiere un transporte eficiente, de calidad y a un costo adecuado que no impacte de manera negativa en la economía de las familias. Esos puntos requieren atención urgente, más allá de pretender ahogar de camiones y taxis a una ciudad sumamente atiborrada de vehículos. 

@pedrokuripheres

Pedro Kuri Pheres en Facebook

acapulco.ok@gmail.com