Se podría citar a Torreblanca por el caso Armando Chavarría

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El procurador Alberto López Rosas es escueto al contestar: el ex gobernador Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, dice, podría ser llamado a declarar por el asesinato del entonces diputado Armando Chavarría Barrera, cuyo expediente, dijo, ha sido “manoseado” y el proceso de investigación “conducido irresponsablemente, con dolo o negligencia”.

“No se descarta la eventualidad” de citar a Torreblanca Galindo, expresó López Rosas.

“Hay mucho que decir y que esclarecer en ese homicidio que pretendió llevarse por la vía de la frivolidad”, expresó el también ex presidente municipal de Acapulco.

Acompañado de su inseparable jefe de comunicación social, Roberto Camps, llega puntual a la entrevista el procurador general de Justicia en el estado Alberto López Rosas.

En la entrevista, López Rosas aborda otros temas, como las matanzas de Aguas Blancas y El Charco, la creación de la Comisión de la Verdad, a la cual considera necesaria, y de su paso por la Procuraduría, donde, explica, intenta lograr un cambio.

De su propia historia política, el hombre que ha sido alcalde de Acapulco y diputado federal, y que en algún momento aspiró a la senaduría e inclusive a la gubernatura, establece un claro deslinde: “Nunca he tenido antecedente priísta, serví a un gobierno priísta, pero no fui priísta”.

–Alberto, ¿dónde naciste?

–En la calle Niños Héroes de la colonia Progreso, de Acapulco, ahí donde todavía habita mi señora madre, Filadelfia Rosas Espinozas. Crecí en el barrio de La Lima y socialmente me instruí en La Laja.

–¿Dónde estudiaste?

–La primaria la hice en la escuela vespertina José María Morelos y Pavón, a un costado del mercado El Parazal, que en el temblor de 1962 se colapsó. La secundaria la cursé en la escuela federal para trabajadores nocturna, donde estaba la federal número uno, lo que se llama Ineban; salía a las 10 de la noche. La preparatoria la hice en la prepa número 6 dependiente de la UNAM en la ciudad de México. Cursé la licenciatura en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México. He realizado diversos diplomados en Derecho Familiar, de Amparo, Civil y Laboral. Hice un diplomado en Derecho de Amparo en la Universidad Iberoamericana y lo hice para mostrarme más competitivo.

–¿Qué cargos has ocupado?

–He sido presidente de la Barra de Abogados de Acapulco 89-91. Fundador del IFE como vocal ejecutivo del séptimo distrito electoral federal, secretario general del ayuntamiento de Acapulco en el 92-93, diputado federal 97-2000, presidente municipal de Acapulco 2002-2005 y ahora procurador general de Justicia 2011 y hasta donde me aguanten.

–¿Has sido priísta?

–Nunca he tenido antecedente priísta; serví a un gobierno priísta, pero no fui priísta. Acuñé la frase de que es grave la violación, pero es más grave que le guste. Y en este caso no me sentí muy identificado con el gobierno priísta; por eso regresé a mi despacho en 1993 y me alejé de la actividad política.

–¿Cómo te sientes en tu nuevo trabajo?

–Muy identificado, mucha responsabilidad; esto tiene algo de político y mucho de jurídico.

–¿Te sientes más jurídico que político?

–Me siento de acuerdo a las circunstancias: la Procuraduría no puede rebasar la investigación ni las indagatorias.

–¿Primero se averigua?

–Obviamente, primero se averigua. Una de las principales responsabilidades es poder encauzar a la institución a la investigación técnica-científica que nos lleve a recuperar la confianza de la sociedad.

–¿Sientes que a tu llegada hay un cambio en la Procuraduría?

–Yo lo he intentado, pero siento que la sociedad lo debe decir. Evitar el marasmo y el burocratismo. La Procuraduría es una institución de resultados, no es de trámite.

–¿Cuál es tu relación con el gobernador Ángel Aguirre Rivero?

–De mucho respeto, de mucha confianza hacia mi labor, y de mi parte, de mucha lealtad hacia su gobierno.

–Tu opinión sobre la comisión de la verdad

–Es necesaria: la conciencia de los pueblos se fortalece cuando hay esclarecimiento de sucesos que vulneran esa conciencia. Debe constituirse para evitar que se politice más allá que incida en trabajo objetivo responsable.

–¿Aguas Blancas y El Charco se reabrirán?

–Primeramente, son episodios de una etapa que no debe volver, y ambos casos la federación los atrajo y lo que le queda a la procuraduría de justicia del estado es solamente el desempeño de la coadyuvanza. En uno de los casos se fincó responsabilidad al gobierno del estado y en el otro, al gobierno federal, por la intervención de las fuerzas federales.

–Pregunta obligada: ¿y sobre el caso Chavarría?

–Manoseado, conducido irresponsablemente, con dolo o por negligencia, pero muy entrampado.

–¿Con esos elementos se citará a Zeferino Torreblanca?

–No se descarta la eventualidad: hay mucho que decir y que esclarecer en ese homicidio que pretendió llevarse por la vía de la frivolidad cuando merecía aplicar todos los avances científicos desde el inicio para preservar evidencias y llegar a la verdad histórica.

–¿Contemplas algún plazo?

–No puedo precisarlo porque las investigaciones y resultados nos van marcando los tiempos; para mí lo importante es que lleguemos a la verdad, y (que) no para satisfacer un clamor se vuelva a lo pernicioso de construir culpables.

http://www.lajornadaguerrero.com.mx